Carrera Incompleta

Nas!!!

Hace tiempo, tuve un experiencia que me causó gracia. Carente de sentido lógico, quizá hasta raye en lo incoherente, como mucho de lo que puedo escribir a veces, pero por alguna razón, quedó en mi memoria de forma particular.

Iba al encuentro de una persona, y para variar, iba tarde...

-Si no se me hubiera ocurrido la grandiosa idea de leer "solo un capítulo más"...- pensé fugazmente.

Bajé del autobús público tropezando con pies y cuerpos extraños, ignorando todos los rostros que igualmente me ignoraban, como ignoraban a muchos otros rostros en su día a día. Solo alcancé a distinguir una gorra roja que pasó como rayo a un lado mío, bajando del mismo autobús.

Pero no le dí mayor importancia, me quedaba un largo camino por delante todavía, así que forzé cada célula de mi cuerpo a moverse con toda la rapidéz de la que fuera posible (que por cierto, no resultaba suficiente).

Una calle después, mi paranoia natural, me hizo volver la vista atrás en un acto reflejo, y mi mirada captó ésa misma gorra roja casi pisándome los talones...

Volví mi mirada al frente, pero ahora mi curiosidad se sumaba a mi paranoia y unos mentros después, volví a mirar atrás. Ahora una sonrisa traviesa se sumaba a la imagen mental de la gorra roja.

Era un reto...

Aceleré el paso de inmediato y una sonrisa se alojó en mis labios inconscientemente.
Faltaban unas 5 calles más... Podían pasar muchas cosas en 5 calles.

El día era nublado por lo que había salido con bufanda, pero ya empezaba a sofocarme, así que jalé de ella sin dudarlo y la arrugé sin cuidado en mi mano.

Sin pensar siquiera, volví la mirada a mi "sombra" y mi sonrisa se ensanchó burlonamente al notar la distancia que llevaba de ventaja. No parecía estar poniendo suficiente esfuezo en la "carrera".

Con la placentera sensación anticipada de victoria, recordé mis prisas, y consulté el reloj calculando mentalmente el tiempo que tardaría en llegar, y las consecuencias que me traerían esos minutos...

Solo faltaban dos calles.

Cuando terminé de calcular (sin parar de caminar en ningún momento, claro), mi "sensación anticipada de victoria" cayó al suelo y se hizo añicos. Un semáforo me separaba cruelmente de ésas dos calles que me faltaban para llegar a la "meta".

Los segundos se me hicieron eternos, y mi zapato golpeó el suelo con imapciencia.

Ahora mi sonrisa era de ironía total, la gorra roja y ésa sonrisa traviesa me habían alcanzado sin esfuerzo alguno. Lo miré a la cara intentando imitar un gesto indiferente, pero fue inútil... me estaba divirtiendo demasiado...

Ambos observamos el semáforo; él tranquilo con las manos en los bolsillos, y yo inquieta, con mi alma de niña gozando el momento.

El verde brilló con intensidad inusual, e hize uso de todo mi autocontrol para no echar a correr entre risas, arruinando el extraño evento.

Escuchaba sus pasos resonando cerca, y disfruté del hecho de que teníamos la calle para nosotros solos. Resistí la tentanción de voltear a verlo ahora, pero al llegar al final de la "última etapa" y encontrarme con otro semáforo, dejé escapar una risa ahogada.

Sin embargo, cuando me alcanzó esta vez, me encontré con una sonrisa diferente, y entendí que el juego acabaría antes. Cuando el rojo cambió a verde, yo seguí al frente y el tomó otra dirección...

No conseguí mi victoria, pero llegué a mi destino (tarde) con una sensación igualmente deliciosa...

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Muchas veces nos sentimos aislados y completamente ajenos al resto del mundo... pero hay ocasiones, en que un par de mentes distraidas se encuentran a pesar del caótico movimiento que les rodea y hacen de un momento ordinario, uno diferente y especial.

Nos estamos leyendo, hasta entonces...

Ja Ne!!