mayo 29, 2009

El llamado...



Desperté ansiosa, revolviéndome entre mis sábanas inquieta, podía oirlo susurrandome desde la lejanía. Tenía que ir a su lado... me llamaba...

Mi cuerpo tardó en reaccionar, se movía torpemente, entre apurado y perdido, mi mente estaba ya junto a él, respirándolo, sintiendolo en mis pulmones, en mi piel, en todos mis sentidos.

El camino me supo eterno, más largo que nunca, cada paso parecía alejarme en vez de acercarme a él. Un nudo en mi garganta amenazaba con obligarme a caer en la angustia antes de poder llegar.

Ignoré todo a mi paso, evité las miradas, las palabras, las preguntas.

Cuando empezaba a temer nunca lograrlo, ya estaba ahí, y una lágrima traicionera quizo escapar, pero la retuve antes de que delatara mi dolor.

Guardé silencio. Quería escucharlo sin interrupciones, me quedaría ahí cerca, solo observándolo, sabiendo que nunca sería parte de él, que nunca le haría falta para existir, que era poderoso, lejano, peligroso.

Me gritó a mi y al mundo sus deseos, sus promesas, su pasado, presente y futuro, sin dudas, sin rencores, sin envidias, sin arrepentimientos.

Me hizo sentir pequeña e insignificante, abrumada con tanta confianza, tanta tranquilidad e ira. Sentimientos encontrados, confusos, claros, vitales y vanales.

Sentí más frío que nunca, mis manos se quejaban del vacío que las atormentaba. Mi cuerpo entero deseaba acercarse más, perderse en él, pertenecerle, saborearlo sin remordimientos ni preocupaciones.

Pero no me moví... me quedé quieta, solo observándolo, atendiendo su llamado como siempre, pero nunca con el valor suficiente para acercarme más.

Me perdí en mis pensamientos por largos minutos, buscando respuestas entre los granos de arena...

Tal vez él me observaba también, entre las olas perfectas. Probablemente me da las respuestas de mis preguntas escondidas entre la espuma que baña la playa. Neptuno me llama, desde hace años me llama, a veces es algo sutil, apenas perceptible, pero otra veces es potente, inevitable, irresistible...

Me da miedo y me da esperanza. Me quita la vida por instantes, y luego me llena de pasión y ganas.

Neptuno no miente, más sus verdades calan hondo.

Neptuno me llama...

mayo 26, 2009

Awake dream



Caminó lentamente por las calles vacías y slienciosas, caminó por horas sin detenerse, mientras las últimas luces del día agonizaban en el horizonte.

Las nubes grises y oscuras llenaban poco a poco todo el cielo, cubriendo cada espacio que no hace tanto presumía un azul claro, puro y perfecto.

Ella seguía caminando sin detenerse a mirar la ciudad muerta; las cafeterías cerradas, los parques abandonados, las casas deterioradas.

No se oían voces, ni siquiera cantos lejanos. No había ningún sonido además del del viento meciendo las hojas de los árboles plantados estratégicamente en las calles, en un patético intento de tapar la culpa por toda la tierra corrompida a traves de los años.

Sus pies descalzos pisaban dolorosamente el frío y duro asfalto, llevándola cada vez más lejos de aquella desolación.

Los enormes edificios con ventanas rotas, repletos de sombras en su interior, dejaron de aparecer en cada calle. Un trueno rompió por una fracción de segundo la quietud del ambiente.

Entonces, diminutas gotas de lluvia cayeron a millares curbiendolo todo, mientras ella continuaba caminando con paso ligero pero seguro fuera de la ciudad.

Algunos mechones húmedos de su cabello largo cayeron sobre su rostro, de gesto inexpresivo y mirada ausente, sin embargo no los apartó con sus delicadas manos, tan pálidas como las de un fantasma, solo siguió caminando...

Pronto sus pies se encontraron con algo distinto al frío y duro asfalto, era suave tierra, pasto, y caminó solo un poco más con el corazón acelerado.

No muy lejos se extendía un amplio campo, de un verde brillante y místico.

Retuvo el aliento un instante, absorbiendo la imagen frente a sus ojos, para luego juntar lo que le quedaba de fuerzas para llegar hasta ahí. Ahora podía sentir sus músculos quejarse, su piel temblar, sus pies lastimados...pero siguió caminando, faltaba poco.

Sus párpados se sentían pesados, y no pudo evitar cerrar lentamente los ojos, pero sin dejar de caminar. Sabía el camino, de alguna forma lo conocía, no necesitaba verlo.

Cuando llegó al fin, dejó caer su cuerpo sobre la hierba fresca, boca arriba, disfrutando de las gotas de lluvia que parecían fundirse con ella. Una sonrisa satisfecha se abrió paso en sus labios helados.

Intentó abrir los ojos cuando oyó unos pasos acercarse a ella, pero ya no tenía energía. Solo percibió con dificultad unos dedos enlazarse con los suyos y el sonido de una respiración tranquila muy cerca de su oido.

- Llegaste - logró susurrar ella.

- Te prometí que encontraría el camino... siempre.

Otro trueno retumbó entre los gruesos nubarrones y la lluvia continuó cayendo sobre la ciudad muerta, los edificios repletos de sombras y las calles de frío y duro asfalto.

mayo 25, 2009

Lapsus inexplicable.

Nas!!

El sábado he ido a un evento importante de mi estado con un grupo de mi ciudad, el tipo de evento que era es lo de menos, no viene al caso.

Pero he aprendido muchas más lecciones de vida xD

Uno: Un pequeño detalle, por pequeño que paresca puede echar a perder todo un día que en su momento pintaba no perfecto, pero si bueno.

Dos: La vida da muchas sorpesas, justo cuando menos lo esperas. Al parecer, algunas personas, sin conocerme, sabían de alguna mística forma que todo lo que me regalan, lo termino perdiendo, rompiendo o ambas cosas... así que optaron por regalarme cosas extrañas, como tarjetitas, piedras, un cabello, una palito de paleta roto, una servilleta arrugada, un pedazo de trapo, una galleta...

¿porqué?... Sigo sin tener la más mínima idea!! En general fue un día muuuy raro. Desde principio a fin.

De cualquier forma quedará grabado en mi memoria definitivamente, para bien o para mal.

Lamento no escribir más seguido últimamente, pero tengo la cabeza revuelta y abrumada con demasiadas cosas, y aunque eso normalmente no es impedimento, sino al contrario suele ser mi motivo principal para escribir, ahora, no sé porqué, pero es precísamente lo que no me deja desahogarme.

Ya quiero salir de esta locura... estoy a punto de llegar a mi límite.

Espero que nos leamos pronto, hasta entonces...

mayo 21, 2009

Fragmento de una carta enviada y otra que nunca verá la luz.

Hay una pregunta que me atormenta... ¿Estoy loco yo, o los locos son ellos?....

-Albert Einstein


Estoy intentándolo, poco a poco. No quiero pretender que puedo cambiar algo que ni siquiera se que és realmente, así que; empezaré dejando de cometer los mismos errores.

Intentaré dejar de caer en las trampas que yo misma coloco estratégicamente en mi contra.

Procuraré minimizar mis caprichos, las obsesiones, los deseos.

Seguiré por dejar de pensar que "no es justo"... que no es justo que mi masoquismo sea tan grande, que olvido y dejo pasar cosas que no debería olvidar ni dejar pasar.

No es justo que siga esperando algo que nunca va a pasar, que siga imaginando escenarios que nunca existirán. No es justo que las palabras sean tan dolorosas, y que la indiferencia me muestre su lado más cruel. No es justo saber que no puedo odiar, que no puedo dejar de pensar, que no puedo dejar de soñar, que no puedo dejar de llorar. No es justo que me entren ganas de romper algo cada que siento ése vacío punzante dentro de mi pecho y ésa angustia de no saber si voy a poder hacer lo que debo hacer, o de hacerlo todo mal…de equivocarme otra vez.

No es justo el hecho de que me niegue a oír razones, o promesas de un futuro mejor, porque me suenan falsas a pesar de ser ciertas.

No es justo saber que quedarán cicatrices y que pude evitarlo y no lo hice, no es justo saber que ésas cicatrices me cambiarán aunque sea un poco, para bien o para mal, quiera o no. No es justo que seguiré viviendo cada día, con alegrías y tristezas, con un peso más sobre mis hombros, causado por alguien a quien no le importa. No es justo el tiempo que tengo que esperar para que pase por fin todo, y pueda seguir. No es justo

Cuando logre éso, me concentraré en aprender, en analizar y comprender las razones aunque no quiera. Pero solo entonces.

No lo haré ahora, no puedo. Porque tengo aún el sabor del "tal vez" en mi boca y los recuerdos frescos en mi mente.

Al final, voy a recuperar el aliento que fue secuestrado, la ilusion ciega, la esperanza rota, el orgullo herido, el ego traumatizado. Estoy segura, todo mejorará, pero no hoy ni mañana. Quizá no la próxima semana, ni el próximo mes...

Lo mejor de todo es que ni lo notarás o no te afectará en absoluto. No causaré olas en tu océano. Pasaré sin pena ni gloria. El último golpe al ego. El último y no más.

Me voy a aferrar a lo que tengo. Esperando que se acaben tus sorpresas que me matan.

¿no lo sabías? Por eso dejé de hacer preguntas, temiendo las respuestas. No más sorpresas por favor, necesito concentrarme para dejar de sabotearme.

Mientras tanto voy a desvariar cuanto sea necesario, para sacar éste veneno. Y me aseguraré de no olvidar nunca el propósito de éstas palabras.

Our time is running out - Muse

mayo 19, 2009

Traición 2: Imaginación



Ahí esta de nuevo, debe ser una broma, o una conspiración en mi contra.

¡Lo acabo de escuchar! Alguien mencionó tu nombre justo ahora, yo lo oí claramente.

No, pero que tonta soy...no es la primera vez que imagino el sonido que produce tu nombre al ser pronunciado, o de algo relacionado contigo, o con algún recuerdo tuyo, mío, nuestro...

Una vez que recupero el aliento y mi corazón recupera su latir pasivo, todo regresa de golpe, cada mínimo detalle revive, y el círculo vuelve a comenzar. Un círculo incompleto, roto.

Te busco dónde no estás, para no encontrarte. Esquivo las pistas que dejas, por miedo a quedar atrapada en mi propio juego.

Pero la duda me mata, y lo sabes ¿cierto?, porque...¿Qué harías si siguiera las pistas?

¿Si olvidara el viejo rencor, tan gastado por los años... Si dejara mi orgullo bajo la cama por unas horas?...

Solo para entender un poco, para recuperar parte del tiempo que ha vagado en preguntas infinitas.

Si pudiera hacer eso, y tu pudieras darme ésas respuestas...

¿Podría entonces dejar de imaginar cosas que no son?

Sin embargo...

¿Quiero dejar de imaginar cosas que no son?

mayo 18, 2009

Amantes Furtivos.



Yo soy quien lo busca apenas el sol se esconde tras el horizonte, siempre ansiosa de estar a su lado, entre sus brazos fuertes, donde me siento inmediatamente segura y tranquila.

Cuando llega el momento de separarnos... Su mirada pierde su ternura habitual, su gesto se endurece. Murmura palabras que no tienen significado aún en mi mundo y se va lentamente, soltando mi mano poco a poco, a la par del astro rey que retoma su trono.

Apenas se va, y ya extraño su presencia.

Sin embargo últimamente él me busca durante el día, aún a sabiendas de que lo tiene prohibido.

Lo esquivo a pesar de que daría todo por tenerlo cerca, pues es el contacto de su cálida piel un elemento adictivo y el origen de muchos de mis desvaríos.

El conoce cada rincón de mi ser. No le importan mis silencios y lee con facilidad mis pensamientos. Jugamos a dar rienda suela a los deseos más profundos, a veces con calma, disfrutando del momento, a veces desesperados, buscando llegar al límite.

Pero no puedo entregarme a él por completo. Sería el principio del fin, tanto para él, como para mi. Provocaría caos y confusión.

Significaría la pérdida total de mi cordura, de mis recuerdos, de mi dolor...

Y necesito de eso, especialmente del dolor, lo necesito.

El dolor revive los recuerdos y los recuerdos mantienen la cordura.

No puedo ser tuya, amado Morfeo. Nuestra historia está destinada a ser tragedia, cual amantes furtivos, buscando calor escondidos en las sombras de la noche.

Como siempre, te espero ansiosa una vez que la luna remplace al sol en el firmamento.

Hasta entonces...

mayo 16, 2009

Un día fuera de las cuatro paredes.



Nas!!


Vale, hoy aprendí la valiosa lección que todo mundo aprende a la mala en algún momento de su vida.

"Ten cuidado con lo que deseas... porque algunas veces puede cumplirse"

Bueno, en realidad ya había sufrido de ésta frase hace unos meses para ser exacta... pero en ése momento no me di cuenta de sus repercusiones, así que no cuenta en realidad para efectos de éste post frustrado xD

Hace un par de días moría por salir a caminar y respirar aire "libre", pues ¡tóma Kyara!, respiré mucho aire "libre" y camine mucho... M-U-C-H-O. Me duelen las piernas, y también siento como si mis hombros pesaran el doble de lo normal...

No es un cansancio satisfactorio como el que expermientas después de hacer el deporte de tu preferencia. No, es un cansacio frustrado por una salida frustrada. Porque salí con un propósito, y con mi bendita suerte que me cargo últimamente (léase "bendita suerte" con muuucho sarcasmo por favor), mi "porpósito" valió un reverendo cacahuate quemado. Tuve que regresarme por donde mismo, después de 5min de llegar a mi destino...

Recorrí calles y calles, y más calles, creyendo ingenuamente que valdría la pena. Y si, quizá otro día recordaré éste y pensaré que no fue un desperdicio de esfuerzo, pero HOY, HOY planeo seguir sintiéndome frustrada por mi salida frsutrada.

Además, pensar que pude ahorrarme la caminata llendo en el transporte público/autobús/micro/bus o como prefieran llamarlo me saca de mis casillas.

Todo sea por mi tacaña personalidad que me lo impidió recriminándome por ésos $16 que podía utilizar para otra cosa...

Un viajecito de más de una hora de ida y otra de regreso... Tengo como para no volver a salir por lo que resta del mes.

En fin. Voy a arreglar unos cuantos asuntos que me va a complicar la vida, solo por un capricho que se me ocurrió, y luego iré a consolarme en brazos de Morfeo. El único ser que me ama tal como soy xD

Es una lástima que no exista más que en mis sueños. Algún día les hablaré con más detalle de él y nuestra relación utópica jajaja.

Nos estamos leyendo, hasta entonces...

mayo 14, 2009

Liberando algo de tensión...¿?



Nas!!

Si, estoy que se me escapan las palabras hasta por el aire que expiro. Tengo la cabeza revuelta con tantas ideas si es que se le pueden llamar así. Mucho no tiene realmente sentido alguno... en fin...

Me tengo miedo, en serio. Tengo miedo de mi misma.

Creía haberlo logrado, pero ahora temo con el alma arrepentirme y cambiar de opinión en el último momento.

Hice lo correcto, estoy segura, pero una parte de mi, digamos que el 80% de mí, no quiere hacer lo correcto. Es ésa parte de mi que quiere perder la cordura por completo, sin dudarlo. La parte de mi que sorprendo por las noches esperando, sí; esperando ¿esperando qué? Excelente pregunta… no lo sé a ciencia cierta, ¿un milagro tal vez, la señal de buda a lo mejor?

Miento, lo sé, lo admito, sí que sé que espera ésa parte de mi... Pero no lo diré, no puedo escribirlo, tan solo pensarlo es…

Lo tenía todo planeado, aún lo tengo planeado, porque en realidad todavía no termina. Tampoco es algo que pueda solucionarse de la noche a la mañana.

Solo falta un paso más, no es complicado, o al menos en teoría no lo es. Solo tengo que seguir el plan, solo limitarme a ir conforme a lo que “debo” hacer haciendo caso omiso de la irritante vocecilla que me taladra los oídos desde dentro.

Necesito concentrarme, mantener en mente todo eso que me llevó a tomar la decisión. Son buenas razones, debo recordarlas, una y otra vez, todas las veces, ¡todas! Porque si las olvido caeré de nuevo y levantarse será aún más complicado.

Me odiará ésa parte de mí… pero ya luego le compraré un helado y escribiremos en el blog para desahogarnos…

Nos estamos leyendo, hasta entonces...

Carta para Él amigo

Hoy me haces falta, al igual que ayer, y todos los días antes de ayer. Me haces falta desde el momento en que compartiste por primera vez tus ideas y sueños conmigo.

Curiosa la forma en que nos conocimos, y en la que a pesar de la distancia, creamos tan magnífica amistad. Hay algo en la forma en que te expresas que me obliga a ser sincera, debe ser algún talento natural que es imposible olvidar.

Hecho de menos nuestras conversaciones amenas e interesantes, el cómo se escapaba el tiempo sin darnos cuenta, y me sentía mal por hacerte dormir tarde, cuando tenías que levantarte temprano al día siguiente, pero no podía arrepentirme porque disfruté cada instante y cada palabra.

Cuando me diste la mala noticia, respiré profundo, procurando mantener la calma. Era un balde de agua fría que nunca me esperé, pero intenté ser optimista, intento serlo todavía.

Ya no tendríamos ésas conversaciones de cada semana o cada mes, a veces más, a veces menos, pero que eran algo que daba por hecho, cometí el error de creer inconscientemente que estarías siempre ahí, a mi disposición.

Me acobardaron las hojas en blanco y confieso que no pude escribir una despedida por más que lo intenté.

Creo que tu ausencia provocó este atascamiento de desvaríos que antes desahogaba contigo. Quizá seas la causa indirecta del nacimiento de éste blog. No podía reprimirlos más o simplemente explotaría. Últimamente escribir se me ha vuelto una necesidad básica, más que comer o dormir.

Al menos me quedan ésos correos eventuales para poder volver a leerte, a pesar de que todavía falta largo tiempo para poder volver a conversar como solíamos hacer.

Cruel destino que nos puso a prueba. Pero como te dije, yo seguiré aquí y esperaré el tiempo que haga falta. Atesoraré cada frase y cada texto y cuando “vuelvas” será como si nunca te hubieras ido.

El colmo del ocio cibernético.



Nas!!

El colmo del ocio cibernético se presenta invariablemente cuando:

1 – Sueñas que tienes una conversación por msn.

2 – Sueñas que navegas por una página de internet conocida o inventada por tu creativa imaginación subconsciente.

3 – Sueñas que recibes un e-mail que esperas desde hace tiempo.

Cuando alguno de éstos colmos se presenta en tu vida, es señal de que debes separarte de ésta adictiva pantalla y respirar un poco de aire libre…

Y MI colmo, se presenta cuando a pesar de experimentar en carne propia estos 3 colmos, sigo aquí, escribiendo éste post…

Mejor me voy…

Nos estamos leyendo, hasta entonces…

mayo 13, 2009

Batalla antes del amanecer.



Las 2 de la madrugada, una cazadora insaciable, haciendo uso de sus garras; escarba infructuosamente en un rincón del lugar.

¿El lugar? La cocina de mi casa.

¿La cazadora insaciable? Mi perrita...

Llevaba rascando un rincón de la cocina desde temprano, entre un par de muebles, pero nadie le había prestado mucha atención durante el día puesto que obviamente no podíamos ponernos a mover los muebles para que ella se pudiera dar el gusto de averiguar a fondo que había ahí (bueno, técnicamente si podíamos, pero simplemente preferimos ignorarla en ése momento...)

Sin embargo, ya en la madrugada, cuando mi padre estaba demasiado harto de los sonidos que hacía, y de no poder conciliar su valioso sueño, se levantó y levantó a mi hermano mayor para satisfacer los instintos animales de nuestra pequeña niña (la consentida de la familia cabe mencionar).

En lo personal, me importaba poco si había escondido entre los muebles un oso. Yo quería dormir y en realidad los sonidos que hacía Shubis (el nombre de mi hermosa hermanita canina) no me afectaban en los más mínimo, y volví sin culpa a los brazos de Morfeo.

A éso de las 4am, el sonido de movimiento, unas cuantas maldiciones y unos descarados ladridos me despertaron nuevamente. Aún me importaba poco lo que estaba pasando en ésa cocina, pero mientras oía a mi padre darle instrucciones a mi hermano (con el que no tiene una relación de padre-hijo real desde hace años por razones bastante complejas) me hizo pensar en lo mucho que puede unir a la familia una batalla campal perro&humano VS roedor...

En éso, interrumpiedo mis reflexiones, oí (y de seguro todos los vecinos también) una exclamación de victoria impregnada de adrenalia por parte de mi hermano y otro par de ladridos que señalaron el fin de la batalla.

Shubis corría como loca por toda la casa, orgullosa por haber cooperado en la cazería. Mi padre se deshizo del roedor, limpió el caos causado por aquél pequeño ser tan mal recibido en ésta casa, le dió un premio a nuestro can favorito y volvió cansado a su cama, a dormir unos 20min. más antes de tener que levantarse para ir a cumplir con otro dia de trabajo.

Concideré felicitar con otro premio a Shubis más tarde, por su buen (aunque algo fastidioso) trabajo.

...Que aventura... zzzzz...

Y me quedé dormida entonces, intentando recordar en que parte de mi sueño había quedado antes de despertar.

mayo 11, 2009

Algunos Recuerdos. Todos los Recuerdos.



¿Te acuerdas de cuando corrimos en el campo abierto, dejándo volar los cometas, riéndo, jugando, sin preocuparnos de nada, sin complicarnos la vida?

¿Te acuerdas acaso de ésa sonrisa y ésa mirada que me regalaste desde el extremo de un lugar lleno de gente, y que se clavaron en mi vida sin siquiera darme cuenta?

¿Te acuerdas de ése primer y último contacto, tan simple y complejo, que guardo junto con mis otros recuerdos de tí? Y son tantos, tantos...

Ayer escribí otra carta que nunca será enviada, y me acordé de todo lo que eras, pensé en lo que eres, y jugué a adivinar lo que serías.

Doblé las hojas llenas de párrafos con frases enteras tachadas aquí y allá, re-escritas una y otra vez, hasta tomar la forma deseada, y las puse encima del montón de otras hojas gastadas, atiborradas de palabras nostálgicas, melancólicas, sentidas, humilladas, orgullosas, alegres, tristes, vacías, triviales, significativas, vitales. Con preguntas, respuestas, reproches, disculpas. Promesas y mentiras.

Preparé un café, instantáneo, porque la cafetera está abandonada en algún rincón por falta de ganas para ir a comprar filtros.

Me senté a oscuras en el comedor, me gustaba sentir ése ambiente solitario, y que la luz no me distrajera de mis pensamientos.

La infusión caliente recorrió mi graganta, dejándo ése sabor amargo en mi lengua que tanto me fasinaba.

Como siempre, volví a recordar todos los detalles que me gusta recordar, disfruto retando a mi memoria, a ver que tantos momentos logro rescatar del olvido. Cierro los ojos, con el aroma del café impregnando mis sentidos, y me dejo llevar por cada escenario.

Tu voz... cada vez es más difícil recordar tu voz, mi frente se arruga con frustración, y luego de un rato me rindo. A pesar de que las conversaciones siguen presentes, de que los recuerdos están indemnes, mi castigo a sido no poder recordar tu voz.

Y como siempre, concideré la opción de quemar ésas cartas... Podía imaginar claramente todas ésas hojas, retorciéndose por el ardiente fuego. Trozos quemados con palabras muertas, ceniza, humo ensuciado con penas y pasados. Me imaginé absorta en las llamas y su danza incesante e hipnótica, quizá derramando una lágrima silenciosa, de liberación o arrepentimiento.

Sacudí la cabeza, no me arriesgaría...

Me pregunto si tal vez tu también has escrito alguna carta que has escondido en un cajón, y luego me pateo mentalmente. Mi curiosidad es mi peor debilidad, y ahora yo misma me había enterrado una nueva espina. Tendría que añadir a la rutina, unos minutos más para pensar que sería lo que habrías escrito en una carta que lo más seguro es que no existiera...

Suspiré resiganda ante mi masoquismo psicológico y recordé tus misterios, el contorno de tus labios, los profundos abismos de tus ojos. Recordé tus manías, tus sueños ambisiosos, tu atractiva arrogancia.

Ahora se me escapó un gruñido exasperado ante la inutilidad de mis pensamientos, tomé un trago de mi café y torcí la boca disgustada.

Me levanté sintiéndome cansada, con la taza de café en mano, hasta el lavabo de la cocina. Vacié el café. Mañana compraría los filtros para la cafetera, el instantáneo me sabia a tierra.

mayo 07, 2009

Emotionless game



Mantendrías el juego un poco más, sin importar el daño ¿cierto?, si quisieras claro. Pero el interés se pierde con rapidez, se fuga con la brisa marina. Y ya no quedan repuestos de las máscaras que salían para proteger el orgullo.

Agotadas las reservas de paciencia, ingenuidad y esperanza, me recuesto cansada en mi memoria, supervisando los recuerdos que irán a parar a un cajón.

Me he puesto a pensar que ya no puedo recuperar ése tiempo que escurrió de mis manos sin poder detenerlo. No es que lo quiera de vuelta... Pero los minutos caídos me reclaman un propósito, una razón, una palabra de consuelo al menos, para calmar su agonía.

Planeo quizá, ir a burlarme de la ironía en los brazos de Morfeo, y tomaremos una copa de ambrosía, brindándo por los caminos inesperados que nos depara el destino. Si me siento de humor, le narraré una historia, que ha sido dicha incontables ocasiones, pero ésta vez con un matiz distinto e innovador, distorcionada por la perspectiva mortal y adornada por deliciosas paranoias.

Jugaré inquieta entre los sueños propios y ajenos, ignorando las heridas superficiales e internas, minimizando su existencia, maximizando mi comodidad.

Reanudaré el pensamiento ilógico y coherente. Contradiciendo la contradicción hasta acabarme también los desvaríos y terminar de quitarle sentido al dolor.

mayo 05, 2009

Lo lamento



Discupla no ser un ángel, y que haya olvidado mis alas desde siempre en algún rincón del armario. La luz divina no ilumina mi silueta, que más bien, camina en vulgares sombras.

Perdona que no pueda deslumbrar con una sonrisa llena de ternura, y que mi risa se asemeje más a la carcajada de la bruja malvada de Disney...

Disculpa que mi sueño de pequeña no haya sido ser una princesa, despertada con el beso de su príncipe azul, para luego cabalgar en el atardecer después de una boda perfecta.

Lamento que mi sueño haya sido más bien de poder y control, mucho poder y control...

Lamento en verdad no haber llorado al ver La vida es bella, ni cuando Jack desaparece en las profundidades del océano... lamento mi discapacidad emocional para expresar cariño, físico y verbal.

Deberás perdonar también que no me cause alegría ver a un pequeño niño o niña corriendo por la calle, o a un bebé siendo cargado y besado por su madre... Lo siento, simplemente no me causan ninguna emoción significativa, lo sabes.

Nunca he comprado algo de comida para llevar a los desamparados, y nunca haría algo de servicio comunitario sin obtener un beneficio a cambio.

Algunos afirman que mi corazón es tan frío como la piedra o el metal, otros aseguran que en realidad no tengo corazón... Lamento sonreír cuando me lo dicen y cuando me entero de que hablan mal a mis espaldas...

Discupla cuando me quedo callada por largo rato, sumida en mis pensamientos. Disculpa que sepa mentir con soltura cuando la situación lo requiere...
Disculpa que no me importen los medios por los que consiga lo que quiero...
Disculpa cuando me siento acorralada y se me escapan frases hirientes, bañadas en veneno... y lamento sentir placer cuando lo hago...

Lamento caminar en el mundo como un ser retorcido y perturbado, sarcástico y con apatía corriendo por mis venas en lugar de sangre.

Perdona que sea tan orgullosa para todo, que prefiera la derrota antes que pedir ayuda, que me muestre indiferente cuando en realidad por dentro estoy cayendo en pedazos, que me trage todas ésas preguntas que muero por hacer, que esquive la pregunta de ¿cómo estoy? con palabras rebuscadas solo para no contestar con ése hipócrita "bien" que tanto me hace daño cada que sale de mi boca.

Lamento disculparme tanto y por todo, lamento que no existas y no puedas leer mis disculpas y lamentos.

Lo siento...

Traición...



Traición...
El cómplice, el compañero,
ya no comparte conmigo,
ya no me abraza cariñoso,
ni me toma la mano
llevándome a destinos inesperados.

Se ha transformado
en mar de ansiedad y frustración,
en juegos perversos,
en gritos de soledad.

Me voltea la cara,
no escucha súplicas,
no contesta a mi llamado,
ni le preocupan
los ríos de angustia
que corren en secreto por mis mejillas.

Dejó la calidéz de mi cama,
abandonándome en inquietudes,
librando la batalla en solitario
contra los sueños rotos
y recuerdos revestidos de falsedades.

No, dejo de ser mi cómplice y compañero,
el silencio ya no comparte conmigo,
ni me abraza cariñoso,
ni me toma de la mano
llevándome a destinos inesperados.

El silencio traidor,
rompió nuestro pacto,
y se declaró enemigo...

mayo 03, 2009

Recuerdo invernal



Nas!!

Me moví desesperada en la cama, revolviendo las cobijas, intentando conciliar el sueño que huía de mi sin razón.

El sonido del viento al pasar entre las ramas de los árboles mentenía mis sentidos inconscientemente alertas y me provocaba escalofríos. Observé mi ventana, con el marco adornado con la nieve que caía insistente desde hacía un par de días y una sensación extraña, semejante a un recuerdo fugaz, olvidado sin querer, abrumó mi mente, obligando a mi cuerpo a salir de la cama con prisa.

Me puse unas botas y una gruesa chamarra sobre la pijama, y salí del cuarto procurando causar el menor ruido posible al bajar las escaleras, evitando las miradas fijas y acusatorias de los rostros en las fotografías colgadas en las paredes.

Al llegar a la puerta de entrada, la cabeza color azabache de "Rocky" se levantó pesadamente y me vió con una interrogante reflejada en sus ojos oscuros, brillantes e inteligentes.

Mantuve la calma, quedándome muy quieta ante su análisis, y suspiré aliviada cuando pareció satisfecho. Sacudió su cabeza moviendo sus orejas y robándome una sonrisa cariñosa, para luego volver a acomodarse en su pequeña cama.

El aire helado entró en mis pulmones apenas abrí la puerta, pero sin perder tiempo, salí a la calle cubierta de un capa blanca de nieve bañada con tonos anaranjados por la luz de un farol cercano.

Caminé con dificultad, con los brazos cruzados como si no quisiera dejar escapar mi calor corporal y llegué hasta el farol, temblando, intentando adivinar la hora en base a la penumbra que se extendía por el horizonte.

Contemplé el cielo, jugando a unir las estrellas y encontrar las mitologías plasmadas ya sea por destino o casualidad.

Esperé... clavada a la nieve bajo mis pies, a un lado del farol. Esperé hasta oir el sonido de otros pasos en la calle acercándose.

El vaho que escapaba de mi boca se detuvo por un instante eterno, aguardando que la suileta se acercara lo suficiente a la luz del farol como para verlo claramente.

La duda se desvaneció con rapidéz. Y ya bajo la luz, pude reconocer ése rostro pálido, tan diferente y al mismo tiempo igual que siempre, ésos ojos que absorbían mi mente y alma sin esfuerzo.

Sin dejar de adentrarme en la profundidad de sus ojos, me acerqué sin decir una palabra y sonrió con picardía como siempre hacía, dejándome nuevamente sin aliento.

Recorrió con sus dedos fríos mis labios, y recordé pasados no tan lejanos y los saboreé cual presente, dejandome extasiada. Su sonrisa decayó en ése momento y una traicionera lágrima se atrevió recorrer su piel.

No entendí, no quería entender. Tomé su rostro entre mis manos y besé lentamente el camino húmedo que había dejado su lágrima.

Dijo unas palabras apresuradas, pero no lo escuchaba, no habría escuchado ni los gritos del mundo entero. Besé las comisuras de su boca y sus labios pero sin reacción alguna.

Susurré su nombre a modo de súplica, apostando todo en ése momento.

Enojado sujetó mis manos con fuerza, y su gesto de dolor quedó grabado con fuego en mi memoria. Luego me besó con furia y me pegó a su cuerpo, haciéndome olvidar por completo el frío que nos envolvía.

Sumé a los pasados no tan lejanos, éste nuevo presente exquisito.

Aunque fuera por una noche, olvidábamos los errores y el tiempo que había estado en contra nuestra. Sin preocuparnos del futuro, sin hacernos promesas de eternidad...

mayo 01, 2009

Un quizá...

Cuando se evapore mi efímera victoria,
añoraré la sensación de la derrota
que bajo la piel
reside siempre inquieta.

Entre máscaras de nada,
indiferencia ahogada,
el impulso culpable,
cuestionará sus razones,
más sin embargo
mantendrá el paso ansioso,
que pretende hallar un motivo,
una respuesta,
al origen de las marcas
olvidadas por error en mi ser.