Último desvarío en un buen rato.

Estoy atascada, exahusta y atascada. Ya las palabras no se estampan virtualmente con la misma fluidez de hace tan poco tiempo, me orilla a pensar que solo fue un magnífico lapso inspiracional provocado por la alineación de un par de planetas.

Y una vez los planetas se desalinearon; perdí quizá una parte de mi que murió apenas fracciones de segundos de haber nacido. Porque me doy de golpes contra la pared y aún así ya nada pierde ni toma sentido.

Querer olvidar y recordar al mismo tiempo me deja atontada, embotellada en un abismo que no entiendo, que me ahoga en insensibilidad. Necesito encontrar los matices, hallar las respuestas a las preguntas que NO he pensado todavía.

Para volver a acariciar estas teclas con la pasión y desespero con que lo hacía hace tan poco, tan poco tiempo...

Porque ya es siempre lo mismo, solo descrito de forma diferente. Duele y agota. Y no es justo, nunca lo fué.

Voy a intentar alejarme de éstas obsesiones que destruyen lo poco que queda. Voy a intentar detener la cuenta regresiva. Voy a intentar dar todo, para no tener más que dar, y así recuperar lo que perdí entonces.

Mataré cada desvarío, cada incoherencia, cada contradicción. Uno a uno, lentamente, para renovar la causa y el efecto.

Voy a demostrarme que puedo. Aunque sea solo otra fracción de segundo en ésta vida.

Serán unas vacaciones existenciales, un experimento tan inesperado para mi como para cualquiera. No un adiós, sino solo un "hasta luego".

Nos estaremos leyendo en otro momento, hasta entonces....

¿Quien entendería?

El tiempo es cruel, no corre lo suficientemente rápido ni lento, nunca se detiene, nunca calma ni acelera su paso cuando se necesita. No sirve de nada evitar mirar el reloj, ignorar que no controlamos nada, ni el tiempo y a veces ni a nosotros mismos.

Faltan horas, sobran días. Dan ganas de asfixiar la ansiedad, calmar el nervio con dulces mentiras. Es tentadora la necesidad de arrojarse al abismo, al remolino de teorías. Inevitable planear la estrategia, hacer de tu vida una lista de pasos planos y agridulces.

Es tan sencillo fantasear con esperar que todo llegué, o aparesca por arte de magia, sin mover un dedo, solo esperar. Cerrar los ojos y dejar que suceda. Sin involucrarse, ni arriesgarse. Solo esperar. Tan fácil.

Avanzando a una trampa bien disimulada, con la mente en blanco nos acercamos cada vez más a ése abismo sin pensarlo dos veces, sin dudarlo. Para luego arrepentirnos de la decisión no tomada.

Los reproches se quedan ahogados, y a las preguntas las silencia el resto de las voces en el mar de nuevas identidades.

Todo mientras una cínica locura, proclama el mandato indeciso que promete autodestrucción.

Ya Basta.

Deja de perseguirme cual sombra, deja de quitarme el aliento cada hora que pasa, deja de borrar mi sonrisa cada que intento aferrarme a mi nueva vida. Deja de sabotear mis intentos de mejorar, deten ahora mismo tus intentos de atarme a una mentira.

Deja de inspirarme textos tristes y frustrados, justo cuando creía que ya todo estaba perdonado. Deja de colarte en mi imaginación sin permiso, de agotar mis energías desde el primer minuto de la mañana. Deja de interpretar mis pesadillas cada noche de una manera siempre distinta.

Deja de mantenerme despierta cuando más necesito dormir. Deja de darme razones para odiarte. Deja de darle esperanzas a mi ingenuidad.

Deja de ser mi pretexto para mantener mi obsesión.

Y es que no soporto más esta rutina anormal, de intentar olvidar durante el día y sufrir el recuerdo reprimido antes de ir a la cama.

No tolero más éstas incoherencias que antes disfrutaba y ahora me torturan. Ya no resisto el nudo en la garganta, ni me creo mis palabras optimistas, no ha esta hora, no en éste minuto. No me creo ni a mi ni a nadie. No ahora.

Si eres bueno, si entiendes un poco, si entiendes todo, no me digas que todo estará bien, por favor, no lo hagas, porque por alguna extraña razón, a pesar de ser cierto, justo ahora solo logra que duela todo aún más.

¿Desde Cero?

Me encontré en el camino del tiempo, con un descubrimiento interesante. Me encontré con que el ayer se había quedado en su lugar y ya no cargo con el el día de hoy. Me sorprendí al notar que los recuerdos vagan libres por mi memoria, pero ya no los repito en mi mente analizándolos y viviéndolos patéticamente una y otra vez en la imaginación.

Mi descubrimiento no era alegre ni melancólico. No tenía sabor ni textura. Pero despertó en mí una gris aprehensión. No es normal dejar una rutina mental y emocional y empezar de cero otra vez, es extraño, es inseguro, es siempre un riesgo que no siempre se está dispuesto a correr.

Entonces, ahora que ya no sigo esperando, me pregunto que debería hacer... Es como tener una gran hoja en blanco, sin ninguna idea para plasmar en ella, ni una sola palabra, ni un solo garabato para adornar sus espacios vacíos. Desde cero.

¿ahora qué?

Conclusión teórica o Teoría de conclusión

Si hay algo que odio es tener una duda, la incertidumbre de no saber algo que me interesa, me resulta intolerable. Más sin embargo, en mi cobardía preferí aferrarme al cómodo masoquismo psicológico de una indiferencia inventada, practicada con años de hipocresías. Lo preferí a una realidad inconveniente que no cuadra entre mis planes.

Pronuncié con claridad ya demasiadas mentiras, susurré muy pocas verdades. Los juegos inciertos dejan un estado de sopor, de mareo constante insoportable, dejan ideas cegadas por inocentes ilusiones inconscientes. Dejan frustraciones tatuadas bajo los párpados, heridas abiertas y sangrantes en la débil memoria. O más bien no dejan nada.

En el antiguo reloj, ya ha caído el último grano de arena, anunciando el final de lo que nunca comenzó. El drama se queda en las letras, el llanto en la imaginación, porque al reloj se le da la vuelta y el tiempo corre de nuevo...