mayo 13, 2009

Batalla antes del amanecer.



Las 2 de la madrugada, una cazadora insaciable, haciendo uso de sus garras; escarba infructuosamente en un rincón del lugar.

¿El lugar? La cocina de mi casa.

¿La cazadora insaciable? Mi perrita...

Llevaba rascando un rincón de la cocina desde temprano, entre un par de muebles, pero nadie le había prestado mucha atención durante el día puesto que obviamente no podíamos ponernos a mover los muebles para que ella se pudiera dar el gusto de averiguar a fondo que había ahí (bueno, técnicamente si podíamos, pero simplemente preferimos ignorarla en ése momento...)

Sin embargo, ya en la madrugada, cuando mi padre estaba demasiado harto de los sonidos que hacía, y de no poder conciliar su valioso sueño, se levantó y levantó a mi hermano mayor para satisfacer los instintos animales de nuestra pequeña niña (la consentida de la familia cabe mencionar).

En lo personal, me importaba poco si había escondido entre los muebles un oso. Yo quería dormir y en realidad los sonidos que hacía Shubis (el nombre de mi hermosa hermanita canina) no me afectaban en los más mínimo, y volví sin culpa a los brazos de Morfeo.

A éso de las 4am, el sonido de movimiento, unas cuantas maldiciones y unos descarados ladridos me despertaron nuevamente. Aún me importaba poco lo que estaba pasando en ésa cocina, pero mientras oía a mi padre darle instrucciones a mi hermano (con el que no tiene una relación de padre-hijo real desde hace años por razones bastante complejas) me hizo pensar en lo mucho que puede unir a la familia una batalla campal perro&humano VS roedor...

En éso, interrumpiedo mis reflexiones, oí (y de seguro todos los vecinos también) una exclamación de victoria impregnada de adrenalia por parte de mi hermano y otro par de ladridos que señalaron el fin de la batalla.

Shubis corría como loca por toda la casa, orgullosa por haber cooperado en la cazería. Mi padre se deshizo del roedor, limpió el caos causado por aquél pequeño ser tan mal recibido en ésta casa, le dió un premio a nuestro can favorito y volvió cansado a su cama, a dormir unos 20min. más antes de tener que levantarse para ir a cumplir con otro dia de trabajo.

Concideré felicitar con otro premio a Shubis más tarde, por su buen (aunque algo fastidioso) trabajo.

...Que aventura... zzzzz...

Y me quedé dormida entonces, intentando recordar en que parte de mi sueño había quedado antes de despertar.

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