mayo 29, 2009

El llamado...



Desperté ansiosa, revolviéndome entre mis sábanas inquieta, podía oirlo susurrandome desde la lejanía. Tenía que ir a su lado... me llamaba...

Mi cuerpo tardó en reaccionar, se movía torpemente, entre apurado y perdido, mi mente estaba ya junto a él, respirándolo, sintiendolo en mis pulmones, en mi piel, en todos mis sentidos.

El camino me supo eterno, más largo que nunca, cada paso parecía alejarme en vez de acercarme a él. Un nudo en mi garganta amenazaba con obligarme a caer en la angustia antes de poder llegar.

Ignoré todo a mi paso, evité las miradas, las palabras, las preguntas.

Cuando empezaba a temer nunca lograrlo, ya estaba ahí, y una lágrima traicionera quizo escapar, pero la retuve antes de que delatara mi dolor.

Guardé silencio. Quería escucharlo sin interrupciones, me quedaría ahí cerca, solo observándolo, sabiendo que nunca sería parte de él, que nunca le haría falta para existir, que era poderoso, lejano, peligroso.

Me gritó a mi y al mundo sus deseos, sus promesas, su pasado, presente y futuro, sin dudas, sin rencores, sin envidias, sin arrepentimientos.

Me hizo sentir pequeña e insignificante, abrumada con tanta confianza, tanta tranquilidad e ira. Sentimientos encontrados, confusos, claros, vitales y vanales.

Sentí más frío que nunca, mis manos se quejaban del vacío que las atormentaba. Mi cuerpo entero deseaba acercarse más, perderse en él, pertenecerle, saborearlo sin remordimientos ni preocupaciones.

Pero no me moví... me quedé quieta, solo observándolo, atendiendo su llamado como siempre, pero nunca con el valor suficiente para acercarme más.

Me perdí en mis pensamientos por largos minutos, buscando respuestas entre los granos de arena...

Tal vez él me observaba también, entre las olas perfectas. Probablemente me da las respuestas de mis preguntas escondidas entre la espuma que baña la playa. Neptuno me llama, desde hace años me llama, a veces es algo sutil, apenas perceptible, pero otra veces es potente, inevitable, irresistible...

Me da miedo y me da esperanza. Me quita la vida por instantes, y luego me llena de pasión y ganas.

Neptuno no miente, más sus verdades calan hondo.

Neptuno me llama...

4 comentarios:

  1. Hermoso, hermoso... le pudiste cariño a este escrito, muy bien!.

    Un besote y un abrazo.
    Cuidate mucho si.
    Cariño, luz, color y arcoiris para vos.

    ResponderEliminar
  2. Un dios te llama. Un dios mitológico. Suena bien.

    Estás escribiendo mejor, con ganas.
    Me gusta.

    =)

    ResponderEliminar
  3. que bueno que escuchas museeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee
    saludos

    ResponderEliminar
  4. Nas!!

    Natalia - Muchas gracias!! Tus palabras siempre reflejan ese cariño, luz, color y arcoiris ^^

    Literato - Me gusta la mitología, no puedo evitar de cuando en cuando que se cuelen en mis escritos ^^. No sabes como valoro tu comentario, escribo para mejorar en muchos aspectos, no solo el literario, y es una buena noticia que se note un poco.

    Gabriel - eehh, Gracias?? jajaja xDD

    A todos GRACIAS por pasar y dejarme un valioso comentario y a los que solo leen también GRACIAS ^^

    Nos estamos leyendo, hasta entonces...

    ResponderEliminar

Permite a tu mente desvariar un poco...