mayo 14, 2009

Carta para Él amigo

Hoy me haces falta, al igual que ayer, y todos los días antes de ayer. Me haces falta desde el momento en que compartiste por primera vez tus ideas y sueños conmigo.

Curiosa la forma en que nos conocimos, y en la que a pesar de la distancia, creamos tan magnífica amistad. Hay algo en la forma en que te expresas que me obliga a ser sincera, debe ser algún talento natural que es imposible olvidar.

Hecho de menos nuestras conversaciones amenas e interesantes, el cómo se escapaba el tiempo sin darnos cuenta, y me sentía mal por hacerte dormir tarde, cuando tenías que levantarte temprano al día siguiente, pero no podía arrepentirme porque disfruté cada instante y cada palabra.

Cuando me diste la mala noticia, respiré profundo, procurando mantener la calma. Era un balde de agua fría que nunca me esperé, pero intenté ser optimista, intento serlo todavía.

Ya no tendríamos ésas conversaciones de cada semana o cada mes, a veces más, a veces menos, pero que eran algo que daba por hecho, cometí el error de creer inconscientemente que estarías siempre ahí, a mi disposición.

Me acobardaron las hojas en blanco y confieso que no pude escribir una despedida por más que lo intenté.

Creo que tu ausencia provocó este atascamiento de desvaríos que antes desahogaba contigo. Quizá seas la causa indirecta del nacimiento de éste blog. No podía reprimirlos más o simplemente explotaría. Últimamente escribir se me ha vuelto una necesidad básica, más que comer o dormir.

Al menos me quedan ésos correos eventuales para poder volver a leerte, a pesar de que todavía falta largo tiempo para poder volver a conversar como solíamos hacer.

Cruel destino que nos puso a prueba. Pero como te dije, yo seguiré aquí y esperaré el tiempo que haga falta. Atesoraré cada frase y cada texto y cuando “vuelvas” será como si nunca te hubieras ido.

2 comentarios:

  1. En un libro, Samarcanda, de Amin Maalouf, a la hora de despedirse le dijo la princesa oriental al americano:
    -¡Nunca se sabe, nuestros caminos podrían volver a cruzarse!

    Esta frase puede ser una promesa, el destino lo moldeamos nosotros con nuestras acciones. Si realmente deseas que algo suceda, el universo conspirará para regalártelo.

    Me gustó tu texto, estuve en una situación similar y me resultan cercanos los sentimientos que describes.

    Una sonrisa y buen finde.

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  2. Nas!!

    Si, tienes razón. Siempre podemos contar con las conspiraciones del universo.

    Gracias por pasar por aquí y dejarme un valioso comentario.

    Nos estamos leyendo, hasta entonces...

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Permite a tu mente desvariar un poco...