junio 26, 2009

Cobarde conclusión.



Desespera el patético consejo,
que se suma a los ruidosos silencios
que yacen en la tierra seca y estéril.

No basta la frase que consuela,
que anima, que da esperanza.
No basta la mirada que entiende,
que no juzga, que enternece las entrañas.
No basta la palabra que perdona,
que ama, que olvida.

Ya dejo abandonado
el ruego y la súplica,
a merced de una tormenta,
que se lleva lo insuficiente,
lo imposible, lo irreal.

Porque no basta.
Nunca.

1 comentario:

Permite a tu mente desvariar un poco...