Éste lo encontré perdido entre el desorden de documentos en mi computadora, parece que lo escribí el año pasado.
¿Has escuchado alguna vez
cómo se rompe una ilusión?,
¿cómo caé en pedazos un sueño?,
quizá; ¿cómo se desvanece una promesa?
¿Has escuchado alguna vez
un grito silencioso?,
¿un ruego desesperado?
quizá; ¿la voz de una lágrima?
Si nunca lo has oido,
no finjas entender,
no te atrevas a finjir,
no... no lo hagas.
Duele más una falsa verdad,
mucho más que un pasado confuso,
tan descabellado, perverso,
y multicolor.
Duele tanto que olvidé,
olvidé como sentir,
cómo suspirar,
como llorar con el alma.
Olvidé tu rostro, tu voz,
tu aroma.
Solo queda el vago recuerdo de una obsesión.
La que me persigue día y noche,
Aquella que cada vez toma una forma distinta,
se mete bajo la piel y me carcome por dentro.
Como odio llevar en la frente,
la marca que dejá mi obsesión,
a la vista del mundo, de la gente.
Como odio que quedaras grabado con fuego
en mi piel y mi mente.
Por éso te reprocho una y mil veces,
que nunca serán suficientes,
¿porqué?...
¿porqué?...
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